Páginas

24.3.08

Las uvas de la ira (1940).
Hacia la tierra prometida (que no existe)

Es un gusto sentarse en la butaca verde para ver una película que fue rodada hace nada menos que 68 años. La mayoría de los que estamos hoy aquí todavía no había nacido y a la inmensa mayoría aún nos quedaban unos cuantos años para hacerlo.

Este dato resulta algo obvio, pero no por ello deja de impresionar y menos si, al liberarnos de posibles prejuicios, vemos que la calidad de Las uvas de la ira (John Ford) es superada en pocas ocasiones por los films actuales.

Es una película dura, que deja un sabor agrio en el paladar. De esas de las que cuesta reponerse cuando han acabado (eviten comparaciones con La Pasíon de Mel Gibson y otras que consiguen este resultado a base de escenas explícitas y violentas).

Una familia de Oklahoma huye de la pobreza en plena crisis económica para comenzar su aventura en tierras más prósperas, California, donde intentan encontrar trabajo.

A lo largo de la película está presente la sombra de la novela de John Steinbeck y se nota en que los personajes (Henry Fonda o Jane Darwell, por ejemplo) están muy definidos. No hay buenos ni malos, sólo personas. Lo que significa un cambio de los valores tradicionales que confunde al espectador.

No hay comentarios: