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29.2.08

Vértigo (1958).
De entre los muertos


Considerada como una de las mejores películas de la historia, Alfred Hitchcock nos atrapa una vez más en un universo obsesivo y de suspense de un modo en que sólo el maestro sabe hacerlo.

Hitchcock parte de un argumento sencillo: el amigo de un agente retirado (James Stewart) le solicita a este sus servicios para vigilar a su mujer. Y, a partir de ahí, todo se enreda para catapultar la mente del espectador hacia una espiral de incógnitas que realmente producen vértigo.

También produce vértigo observar cómo el agente que persigue a la mujer, aparentemente trastornada, sufre como un contagio otra trastornación. No es la mejor película, en mi opinión, que Hitchcock ha filmado, ya que otras como Con la muerte en los talones o La ventana indiscreta, la eclipsan un poco. Pero no por ello, deja de ser uno de los clásicos de la historia cinematográfica.

La película fusiona la intriga con una historia de amor, personificada en el detective que se niega a perder a su amada (Kim Novak) a pesar de que sospecha que ella está muerta.

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