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12.3.08

James Dean.
Morir joven para vivir siempre


Si James Dean hubiese alcanzado una edad avanzada, es probable que hubiera dejado unas cuantas películas importantes más para la posteridad. No obstante, sus 24 años de vida fueron suficiente para grabar su nombre con letras de oro en la historia del cine.

Dean iba para deportista (era un gran jugador de baloncesto), aunque los caprichos del destino lo llevaron por otros derroteros. Primero fue el teatro para acabar dedicado a la gran pantalla.

Y así, nos dejó sus grandes personajes de Un tranvía llamado deseo, Rebelde sin causa, Al este del Edén (película a la que un día dedicaremos otro artículo), o Gigante. Personajes solitarios y melancólicos que Dean conseguía bordar.

En abril de 1955 cuando el actor regresaba de rodar un anuncio para una campaña a favor de la precaución en la carretera -ironías de la vida-, sufrió un accidente en el que perdió la vida. Dean conducía su porsche de forma precavida. Fue el conductor de un coche que venía de ver el estreno de Gigante -más ironías de la vida- el que motivó el accidente.

1 comentario:

el hombre anteriormente conocido como canvitas dijo...

Creo que soy el primero en firmar, así que primero, felicidades por un blog tan interesante sin perder el toque ameno ni intelectualizar tanto las peliculas que acaben perdiendo todo sentido.
Siento que sea en este primer post en el que tengo que hacer dos pequeñas correciones a lo a esta entrada. La primera sin duda se debe a un lapsus, James Dean no participó en Un tranvía llamado Deseo. De todos modos , deberías dedicarle un día de estos al desigual Marlon Brando, quizá el actor más interesante de la segunda mitad del siglo pasado, tanto por su dispar y en ocasiones disparatada carrera como por su vida dificil de clasificar.
El segundo error sin duda se debe a algún rumor. El conductor que se cruzó en el camino d eJames Dean no había visto Gigante, ni siquiera el propio James la había podido ver, el primer pase se iba a hacer para los productores y supongo que para alguna prensa el día en que murió.
Gracias por tu blog